Una semana más, la gasolina se acabó a pocos metros de la meta. El Comercial Ulsa CBC Valladolid cayó 91-78 en casa de un Aceitunas Fragata Morón que, tras el descanso, fue capaz de dar la vuelta al partido y echar por tierra la buena primera mitad de las ardillas. De nuevo, las bajas pesaron demasiado en las filas de Paco García y los sevillanos sacaron provecho de esto firmando un gran tercer cuarto. Las ardillas encadenan cuatro derrotas consecutivas. Tan cerca, y tan lejos a la vez.

Wade-Chatman, uno de los más destacados del conjunto carmesí, fue el encargado de abrir el marcador con un tiro en suspensión desde media distancia. El americano, asumiendo galones y tirando con confianza en las últimas semanas, salió muy enchufado y volvió a erigirse como uno de los más destacados en el cuadro vallisoletano. Tras un comienzo de partido frenético, los aciertos en ataque dieron paso a las imprecisiones en ambos equipos y rápidas transiciones que castigaban los errores del rival. Y el norteamericano se encuentra cómodo con espacios.

Las ardillas mandaban en el marcador 16-21 y el Comercial Ulsa sacaba provecho de la anarquía reinante en estos minutos iniciales. El técnico local, Rafa Rufián, se vio obligado a pedir un tiempo muerto y tratar de recortar distancias con los visitantes. Sergio de la Fuente percutía la zona de los locales una y otra vez y era dueño y señor de la pintura. Los sevillanos tenían que parar al capitán. Y el CB Morón salió enchufado tras escuchar las instrucciones de su entrenador y en el último minuto del cuarto logró acercarse a los hombres de Paco García y despedir el primer periodo con un ajustado 20-23.

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Imagen corrspondiente al encuentro ante Ávila.

A pesar de las bajas, el Comercial Ulsa CBC Valladolid estaba dispuesto a plantar batalla Morón de la Frontera. Miguel, jugando con máscara, y Daniel Astilleros, recientemente recuperado de su lesión del hombro, fueron buena prueba de ello. Y Sergio de la Fuente, ejerciendo como capitán, sostuvo al equipo con 10 puntos y 14 de valoración en los primeros 10 minutos. Un trabajo colosal hacía posible soñar con la victoria.

Pero los locales arrancaron el segundo cuarto dispuestos a no dejar escapar el triunfo en su feudo. Un triple de Alejandro Marín igualó el marcador y mandaba un aviso a los de Paco García de lo que sería capaz a lo largo del encuentro. Pero las ardillas respondieron rápidamente con sendos lanzamientos desde la larga distancia de Davichu Ortega y Miguel González.

Superado el ecuador de este segundo periodo, llegaron los mejores minutos del Comercial Ulsa en su visita a tierras sevillanos. Eduardo Castaños saltó a la cancha y los visitantes se desataron: triple de nuevo de Davichu Ortega, tercero consecutivo del equipo. Los de Paco García veían el aro local muy grande y anotaron con suma facilidad durante estos últimos minutos de la primera mitad, la cual terminó con un 44-50 y un triple sobre la bocina anulado a Chatman que pudo haber puesto las cosas aún más de cara para los carmesíes.

Pero tras el paso por vestuarios llegó la debacle. Los locales salieron muy enchufados y la desconexión de las ardillas fue patente con continuos despistes atrás y pérdidas innecesarias. Un parcial de 12-4 favorable a los sevillanos obligó a Paco García a solicitar tiempo muerto y volver a enderezar el rumbo de los suyos. El depósito ya estaba en la reserva y los locales habían olido la sangre.

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Imagen corrspondiente al encuentro ante Ávila.

Los locales habían subido una marcha más en ataque y las dificultades a la hora de circular el balón para los vallisoletanos eran patentes. Los moronenses cerraron la pintura, alejaron a Sergio de la Fuente de ella y los puntos dejaron caer en tromba para hacerlo con cuentagotas. El grifo se cerró, y el CB Morón se desató en ataque.

Chagoyen, los hermanos Marín y Gaffaney, sustentados atrás por una gran defensa, sacaron a relucir todo su talento ofensivo y martillearon a los de Paco García una y otra vez. Durante todo el encuentro estuvieron groguis, sobre la lona, y a pesar de todo se marcharon al último y definitivo asalto (69-62) con opciones reales de conseguir la victoria en terreno hostil, aunque las dinámicas eran contrapuestas.

La tónica, sin embargo, no cambió para el Comercial Ulsa CBC Valladolid. Las ardillas, tras el descanso, mostraron una imagen desconocida hasta ahora y solo las individualidades de cara al aro de Chatman, de la Fuente y Davichu mantuvieron intactas las opciones de triunfo. El nivel defensivo, sin embargo, no estuvo a la altura de lo mostrado a lo largo de la campaña.

Los sevillanos salieron de nuevo muy enchufados dispuestos a no dejar escapar un triunfo en su feudo. La presión y el tiempo corrían en contra de los visitantes, que se precipitaron en exceso y concedieron muchas pérdidas en estos últimos minutos de partido. Y los locales no perdonaron.

El partido se rompió y CB Morón fue quien sacó más provecho de la situación. Las diferencias en el marcador aumentaron paulatinamente y las esperanzas de los hombres de Paco García murieron a falta de 4 minutos, cuando las ardillas se encontraban 13 puntos abajo, renta que no pudieron igualar antes del pitido final, que detuvo el electrónico en un 91-78 favorable a los moronenses. Se luchó hasta el final, de nuevo, pero volvió a faltar gasolina.

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