El Comercial Ulsa CBC Valladolid consiguió una meritoria victoria en casa de Torrons Vicens L’Hospitalet (54-56) y se mantiene vivo en la pelea por conseguir una plaza para los playoffs de ascenso. Los de Paco García firmaron una buena primera mitad y fueron capaces de defender esa renta con uñas y dientes para finalmente cerrar el encuentro en los instantes finales. Los resultados de los rivales directos, sin embargo, no acompañaron, pero las ardillas hicieron los deberes y vencieron en su primera final. Seguimos creyendo.

Duelo del todo por el todo en el Nou Pavellón del Centre de L’Hospitalet. Aunque con objetivos bien distintos, la necesidad de victoria estaba presente y la tensión a lo largo del encuentro fue en continuo aumento, lo que generó muchas imprecisiones en ambos conjuntos y demasiados tiros errados. Empujados por su público y sabedores de la importancia del envite, los jugadores de Jorge Tarragona salieron mejor plantados al parqué.

Los locales consiguieron anotar tres canastas en sus tres primeras posesiones del encuentro y enviaban desde el comienzo una declaración de intenciones a los de Paco García. Con el paso de los minutos y liderados por un colosal Boubacar Sidibe, dueño y señor de los rebotes en ambos tableros, las ardillas se fueron asentando en la cancha y comenzaron a defender los ataques de los locales. Sin embargo, los problemas de faltas de Miguel González y el ala-pívot de Mali, con dos personales cada uno, obligaron al técnico visitante a buscar otro planteamiento.

Jugar con un quinteto pequeño, con Sergio de la Fuente como única referencia interior, fue la solución tomada por Paco García y, lejos de ser algo puntual, fue el sistema predominante a lo largo de todo el partido. Con el perímetro lleno de jugadores abiertos, el Comercial Ulsa CBC Valladolid empezó a desarbolar la defensa local y, mediante un buen movimiento de balón, llegaron los tiros fáciles por parte de las ardillas: triples de Agustín Morales y Chatman, parcial de 0-8 y tiempo muerto solicitado por Jorge Tarragona (10-16).

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Tras recibir las instrucciones de su técnico, los locales mejoraron tanto en ataque como en defensa, dejando de conceder triples abiertos sin oposición y encontrando mejores oportunidades de anotar canastas con un inspirado Arqués en el poste alto-medio que lideró a los suyos en las últimas posesiones del cuarto inaugural que finalizó 14-22.

La impaciencia comenzó a apoderarse de Torrons Vicens que empezó a precipitarse buscando posesiones muy rápidas y lanzando de tres en exceso y con porcentajes muy bajos (1/12 en triples al descanso).Las ardillas aprovecharon el desacierto local y se colocaron con la máxima diferencia (+12) cuando se llegaba al ecuador de este segundo cuarto (19-31). Los de Paco García, sin embargo, no fueron capaces de dar la puntilla al rival y desaprovecharon varios ataques consecutivos para poner más tierra de por medio con el cuadro catalán, que llegó vivo al descanso (24-35).

Contento con lo visto hasta el momento durante la primera mitad, Paco García decidió dar continuidad al quinteto pequeño tras el paso por vestuarios. Los locales, sin embargo, aprendieron de sus errores y respondieron con más músculo interior y tiros a pocos metros del aro que lanzando en repetidas ocasiones desde la larga distancia. Torrons Vicens empezó a poner en aprietos a la defensa de los vallisoletanos y el técnico visitante se vio abocado a defender en zona durante unos minutos.

Liderados por un inspirado Oladele, que ya firmó una gran actuación en Pisuerga en la primera vuelta, los locales fueron reduciendo distancias hasta colocarse por delante en el marcador (39-38) por primera vez en el partido salvo durante unos instantes del cuarto inaugural. Pero fue un espejismo. La figura de Sergio de la Fuente emergió para apagar la reacción local y sumó cuatro puntos consecutivos para devolver la iniciativa a las ardillas. Un triple de Pablo Esteban y la mejoría en el apartado defensivo frenó momentáneamente el arreón de los catalanes y el tercer cuarto finalizó 43-46 y todo por decidirse en el último asalto.

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Los nervios estaban a flor de piel y los árbitros señalaron una falta antideportiva a Pablo Esteban. Fue la chispa que hizo despertar a la grada y, desde entonces, el público no cesaría de alentar a los suyos para obrar la remontada. Los visitantes, sin embargo, tuvieron sangre fría y Chatman y de la Fuente lideraron un parcial de 2-9 que provocó el tiempo muerto solicitado por Jorge Tarragona para que los vallisoletanos no sentenciasen la contienda.

Cuando todavía quedaban cinco minutos de encuentro, aún una eternidad, el Comercial Ulsa entró en bonus y los problemas de faltas obligaron a Paco García a mover ficha desde el banquillo para contrarrestar el handicap. Los cambios funcionaron y con 3:45 minutos restantes en el crono, los vallisoletanos se encontraban ocho arriba y todo parecía indicar que no iban a dejar escapar la renta. Cerca estuvieron.

Defensa a defensa a defensa y canasta a canasta, en un auténtico ejercicio de fe, Torrons Vicens se colocó a tan solo cuatro puntos de sus rivales (50-54) cuando restaban dos minutos para que se consumiera el tiempo. Pero un robo vital de Rowell y un taponazo espectacular del gigante Sidibe, permitieron que los vallisoletanos llegaran a los últimos segundos con ventaja. El británico, precisamente, tuvo una de las últimas bolas para decidir el encuentro, pero el gancho pegó en el hierro y los locales recuperaron la bola cuando apenas quedaban cinco segundos y se encontraban a una canasta (54-56) de forzar la prórroga o, incluso, llevarse la victoria.

Xavi Guía cogió el rebote y se dirigió como una exhalación hacia el aro defendido por las ardillas, pero en el centro del campo fue detenido, con una más que posible falta de Sergio de la Fuente, sin siquiera tiempo para intentar forzar la prórroga. La grada estalló contra los árbitros quienes, finalmente, dieron por terminado el encuentro que sellaba la victoria (54-56) de un Comercial Ulsa que aún sueña con el playoff.