El UEMC Real Valladolid Baloncesto afronta otro partido trascendental para estar en los playoffs de ascenso a la Liga ACB. El conjunto de Paco García visita al Guuk Gipuzkoa Basket este domingo a las 12.00 horas en un encuentro que el técnico vallisoletano ha calificado como ‘final’, igual que todos los restan para que termine la liga regular.

 

Partido frente a Guuk Gipuzkoa Basket. “Es un partido difícil, ante un equipo de playoff que ha estado ahí durante casi toda la liga. Nos costó mucho en la primera vuelta, tuvimos que hacer una segunda parte espléndida, ya que nos fuimos abajo al descanso en el marcador. Es un equipo que juega buen baloncesto, con una importante efectividad. Viene de anotar 20 triples en Melilla. Nosotros para conseguir eso necesitamos dos o tres partidos. Posiblemente, todos los titulares relacionados con el perímetro se los lleve Jaworski, el cual es uno de los grandes tiradores de la liga, pero también tienen a Carlson, Zubizarreta, Ánder Martínez, Sollazo… que si tienen un día bueno te pueden hacer un roto desde el minuto uno. Y no nos olvidemos del juego interior. Tanto Rauno Nurger como Mario Delas son jugadores tremendamente sólidos cerca de canasta. En la primera parte del partido de ida lo hicieron francamente bien y nos conseguimos reponer, siendo fieles a la esencia. Comenzaron con una primera parte muy buena a la que nos supimos reponer. El que gane se puede asentar matemáticamente en playoff”.

 

Importancia del partido. “Cada partido es una final. Hace semanas que la sensación es que es así. Pensamos en la decimonovena victoria, la cual garantiza el playoff. El partido que nos espera es complicado. En Gipuzkoa han caído grandes de la liga, ganó Coruña en la prórroga, pero hay más partidos que nos permitan alcanzar la quinta plaza, que sería el fantástico objetivo del equipo, pero primero vayamos a asegurar el playoff. El año pasado entramos en playoff con 18 victorias, que son las que tenemos ahora a falta de cinco partidos. El récord de este equipo en LEB Oro es 20 victorias. Vamos a luchar por ir derribando récords y barreras, pero para eso hay que centrarse en Gipuzkoa, donde tendremos que jugar un guion similar a Alicante”.

 

Primera derrota en casa. “Es la semana del tonto. Hemos perdido, pero nos han felicitado por el buen partido. A todos les han felicitado, pero hay que apretar tuercas porque, realmente, hemos perdido. No me gusta empezar a entrenar con la sensación de que hemos ganado porque no es así. Seguimos entrenando con mucha intensidad: Kovacevic se fue con un golpe tremendo en la cabeza, por lo que la intensidad no se discute, aunque es cierto que estamos dosificando entrenos porque no nos llega. Es cierto que ha sido muy bonito estar 382 días sin perder en Pisuerga y ojalá volvamos a empezar otra cuenta similar. Posiblemente no sea el entrenador del equipo cuando se vuelva a batir esta marca. Ya no digo sobrepasar la marca, digo igualarla. Es muy difícil volver a ganar 17 partidos seguidos en casa.

 

Calendario. “Mi obligación es no confiarme como entrenador. Además, tengo ejemplos cercanos. Habladle a Burgos después de Albacete, a la remontada de Juaristi, dando la vuelta a un partido que tenía complicado… sería un error tremendo confiarnos. Nadie va a regalar nada. El descenso está muy caliente. Pensábamos que Melilla iba a salir del pozo con los fichajes que ha hecho, pero sigue ahí, y eso es porque los de abajo no dan tregua. Albacete suma, Juaristi suma, Oviedo suma; por lo que no va a haber equipo pequeño. Sería un error tremendo confiarse ahora. Hemos de ser sólidos. Hemos tenido partidos malos, como todos. Pero llevamos 28 de 29 jornadas en playoff. Vamos a intentar que, cuando llegue la 34, sigamos ahí arriba.

 

Problemas físicos del equipo. “N’Guessan empezó con la máscara, pero se la tuvo que quitar porque eso no lo aguanta ni Dios (el neerlandés sufre una rotura de los huesos propios de la nariz con desviación del tabique nasal y se someterá a más pruebas médicos en los próximos días). Kovacevic tuvo el golpe citado. Mike entrenó con normalidad ayer por primera vez. A ver si desaparecen esas molestias. En el partido de Andorra dudé si meterle en el último cuarto o no, pero mi conciencia me dijo que a ver si lo íbamos a perder para lo que queda por sacarle 3 minutos. Y decidí no hacerlo. Pensé, ‘si ganamos a Andorra tendrá que ser sin Mike’, siendo el que nos había aguantado el primer cuarto y seis minutos del tercero. A veces la prudencia es la madre de la ciencia.