Mañana aciaga en Pisuerga cumpliéndose la peor de las combinaciones. El Brico Depôt perdió una cita clave para sus aspiraciones de permanencia y lo hizo por más de siete puntos, 73-84, con lo que cede el average y cae a puestos de descenso. Los pucelanos no estuvieron nunca en el encuentro y fueron superados de principio a fin por un Simply Olivar que gestionó mejor la presión de lo que había en juego.
Los malos augurios sobrevolaron Pisuerga y el equipo no estuvo en la cita más importante del año. La presión, ansiedad y responsabilidad por lo que había en juego fue una losa demasiado grande para un Brico Depôt incapaz de tomarle el aire a un partido que suena a despedida de la temporada en casa y que ahora habrá que recuperar lejos de casa. Cuatro oportunidades para sumar que dictarán sentencia en cuanto a la campaña de debut de las ardillas en LEB Plata, que ha sido de una dureza inmensa para el club dirigido por Mike Hansen.
En el choque de la matinal de hoy, todos los miedos de una plantilla forjada mes a mes salieron a relucir, la inexperiencia y la duda. Atenazados por la posibilidad de quedar mal ante los suyos y de no ser profeta en la tierra de una escuadra con ADN vallisoletano. El cuadro carmesí no afrontó la cita sobre lo esperado a pesar del trabajo de mentalización previo. Nada salió como debe salir cuando te juegas la vida. A pesar de que se sabía, la concentración no fue la adecuada y a las ardillas les costó ser equipo.
Si en la primera parte faltó defensa en la segunda acierto. Olivar dominó desde el primer periodo y apenas el CBCV
pudo estar algunos segundos arriba en el tanteador. Los maños se fueron hasta de cinco 18-23, cuando el cuadro local pudo ajustar el marcador a base de coraje con Astilleros y Javi González de puntales. El segundo cuarto fue cosa de Marc Martí, el interior del Simply se bastó para dominar el acto y a su oponente. El ilerdense puso catorce arriba a los aragoneses, 29-43 min.18.
El Brico Depôt desacertado y sin rumbo, donde sólo algunos de sus jugadores se dedicaban a mirar por el bien del equipo, se desangró presa de su poca eficacia de cara al aro. Lo intentó atrás, pero no fue capaz de amilanar a su rival que jugó con una soltura impropia de una cita con tanta necesidad. En los locales tan sólo funcionó Davichu Ortega, nunca varios jugadores a la vez consiguieron coincidir en el camino, y la desventaja al descanso fue de -12, 31-43. Partido cuesta arriba pero con 20 minutos por delante para dar la vuelta a la tortilla.
A partir del tercer cuarto el conjunto carmesí concedió el triple como arma para sujetar el juego interior de Olivar y tratar de nivelar los emparejamientos con Martí y con el lituano Riauka, que se unió al festival del pívot ilerdense. Pero el base junior Álvaro Sanz volvió a tener protagonismo y ser determinante, dominó el ritmo de juego y la delantera de Olivar no peligró, aunque los vallisoletanos lograron imponerse en el parcial del cuarto (20-19) de la mano de un renacido González y de Davichu Ortega, que junto a Rowell trataba de ponerle la energía necesaria para al menos tratar de competir un partido que se escapaba.
Sin embargo, los visitantes a su aire ponían el choque muy de cara cuando a 1:25 para el final del tercer cuarto ganaban de 15, 45-60,y obligaban al tiempo muerto a la desesperada del coach local Iñaki Martín. Precisamente el ala-pívot británico sellaba el cuarto del Brico Depôt con un espectacular mate al contraataque que les hacía tener un hilillo de esperanza, aunque insuficiente, ya que seguían cediendo 51-62 en el marcador.
En la parte decisiva a los castellanos se les encogió la mano y fue un quiero y no puedo, un luchar contra molinos de viento presa de la ansiedad para morir en un mal día, una cita donde debió salir todo y apenas salió algo o cosas a medias. Cada vez que el cuadro de Iñaki Martín lograba anotar un triple era contestado de manera inmediata por el rival y si no, se estrellaba una y otra vez contra el aro presa de su desacierto y nerviosismo o de la bien planteada defensa de Olivar, que desconcertó al espeso ataque carmesí poco útil en estático y muy impreciso en velocidad.
La consecuencia es que no hubo opciones ni siquiera de luchar por el average de +7 conseguido en la primera vuelta en cancha zaragozana y el Brico Depôt CB Ciudad de Valladolid con su derrota por 73-84 veía su caída hasta la 13ª posición, que le obliga a ganarse lejos de su feudo la permanencia deportiva en LEB Plata con poco margen de error y kilos de fe, pues a pesar de todo, tiempo hay de aquí al final de la fase regular.
Partido correspondiente a la 23ª jornada LEB Plata, celebrada en el Pol. Pisuerga ante 1.700 espectadores. En el descanso del encuentro se celebró un homenaje a los patrocinadores con los que ha contado el Brico Depôt CB Ciudad de Valladolid esta temporada y que han ayudado a consolidar el proyecto.