Nadie dijo que fuera a ser fácil. El CBC Valladolid no pudo superar en la tarde de ayer la experiencia de Aceitunas Fragata Morón. De esta forma, nuestras ardillas pierden el tan importante factor ‘Pisuerga’ y han de conseguir una victoria el domingo que no les obligue a ir a Sevilla prácticamente sin opciones. El Comercial Ulsa CBC Valladolid fue a remolque durante prácticamente toda la segunda mitad y cada vez que las ardillas hicieron amago de dar la vuelta al marcador, fueron castigadas con grandes acciones de los sevillanos, quienes demostraron que la eliminación de Xuven Cambados no fue de casualidad.
Semifinales de ascenso a LEB Oro y un cruce entre dos equipos que, si les preguntasen hace unos meses, posiblemente solo barajaran esa opción como un sueño y no como una realidad. Pero es un hecho. Ciudad de Valladolid y CB Morón se disputarán un puesto en la final, donde se encontrarían con Covirán Granada o Zornotza, una eliminatoria que dominan los granadinos por 1-0 tras la disputa del primer asalto. Los nazaríes lograron imponerse a los vascos alentados por su público y pusieron la primera piedra para el pase a la final, todo lo contrario que las ardillas.
Leo Cizmic comenzó el encuentro avisando de su potencial y presumiendo de buena mano. El prometedor jugador croata anotó los primeros siete puntos de su equipo con sendas suspensiones, una desde más allá del 6,75 y mandaba un aviso a los de Paco García. Tocaba apretar en defensa y comenzar a anotar en cada una de las posesiones. Fue Boubacar Sidibe el encargado de martillear el aro rival una y otra vez e intimidar atrás como acostumbra.
Las ardillas buscaron constantemente atacar el aro de los moronenses, y consiguieron meter en bonus a sus rivales, con la segunda falta personal de Tyler Gaffaney incluida para sacarle del partido. Así, tiro libre a tiro libre, el Comercial Ulsa empezó a remontar las desventajas iniciales. Un triple de Wade-Chatman sobre la bocina a tabla ponía el 22-22 con el que se despedía un loco primer cuarto, contrario a los intereses de los locales, pero que dejó palpable la mejoría del equipo con el paso de los minutos.
Los visitantes, lejos de relajaciones y dejar al CBC Valladolid cómodo, plantaron una presión a toda cancha desde el comienzo del segundo cuarto y empezaron a arañar segundos de posesión a los pupilos de Paco García, quienes se atragantaban a la hora de encontrar el aro rival. Pero Boubacar Sidibe seguía con su buen nivel en estos playoffs y los interiores del CB Morón no conseguían parar las embestidas del pívot de Mali. Todo lo contrario que los de Rafa Rufián, que optaban por lanzamientos desde la larga distancia o de cinco metros para hacer trizas la canasta del Comercial Ulsa. Un auténtico choque de estilos que cerró la primera mitad 35-37 después de que las ardillas anotasen solo dos puntos en los últimos cuatro minutos del cuarto, estableciendo un parcial de 2-7 para marchar a vestuarios.
De la fuente pudo empatar
El duelo se reanudó y fueron los pupilos de Rafa Rufián los que salieron mejor plantados al parqué de un Pisuerga que presentó buena entrada, pero que no fue ese ambiente infernal de otras grandes citas. Parcial de 0-6 y máxima para los visitantes que rápidamente enmendó Wade-Chatman, quien comenzó el cuarto con 7 puntos y lo cerró con 17, además de sumar un total de 13 de valoración en estos 10 minutos, dando un auténtico recital de cómo desarbolar defensar y luciendo repertorio anotador. El americano estaba de vuelta tras una mala primera serie anteFundación Lucentum Alicante y estaba llamado a ser el líder en el primer envite ante los sevillanos.
Así, el Comercial Ulsa comenzó el último asalto con una ventaja mínima (53-52) que no supo defender. Rafa Rufián, cuyo scouting sobre las ardillas ha funcionado a la perfección, optó por defender en zona en el tramo decisivo del encuentro y los hombres de Paco García se bloquearon, tratando de conseguir puntos desde la larga distancia. Craso error. El muro de los moronenses fue infranqueable durante buena parte de este último periodo y los visitantes mandaban 56-60 a falta de cinco minutos para el final.
Y emergió la figura de Mansour Kasse, uno de esos fichajes que valen para cumplir objetivos y dar un salto de calidad. Y qué salto . El africano anotó cinco puntos decisivos, además de conseguir varios rebotes ofensivos a falta de tres minutos y puso muy complicadas las cosas a los de Paco García, que no imposibles. Fue Sergio de la Fuente el encargado de mandar el partido a la prórroga con nueve segundos en el crono, pero el capitán, que no le tiembla la muñeca cuando hay que dar un paso adelante, erró el lanzamiento y Aceitunas Fragata Morón se adjudicó el primer punto de la serie (63-66) y recuperó el factor cancha que, en este primer envite, no fue tan decisivo como debería. Pisuerga debe ser un fortín el domingo a las 19:00.