El Carramimbre CBC Valladolid culminó ayer un año de ensueño. Sin duda el mejor en la corta vida de este club. Un 2017 que permanecerá para siempre en las páginas doradas de los libros de historia de este equipo de gladiadores y en la memoria de sus aficionados incondicionales.

Sin duda, el baloncesto de élite ha vuelto a Valladolid. La locura de Mike Hansen por devolver la ilusión por éste deporte a los vallisoletanos se ha hecho realidad. Pero el presidente de la entidad no ha estado sólo en este camino. Uno de los principales pilares sobre los que se ha asentado este proyecto ha sido también Óscar Mendiluce. Las ardillas han sido felices y comido perdices en este año, pero siempre han tenido de su lado el mejor de los vinos para que pasen mejor.

Carramimbre ha estado apoyando al club desde siempre. Y este año ha dado un paso adelante. Si la ciudad de Valladolid ha vuelto a ser de Oro, gran parte de culpa la tienen las bodegas vitivinívolas. Su tesón, su esfuerzo, su confianza en el proyecto y sus incontables desvelos por ayudar a este club son difíciles de agradecer. Cualquier retahíla de adjetivos se queda corta para devolverle al Carramimbre lo que el Carramimbre (y Bodegas Pingón) le han dado a este club.

Óscar Mendiluce ha conseguido darle al CBC Valladolid, además del nombre de su empresa, las mismas señas de identidad con las que se trabaja en sus bodegas. Si el CBC Valladolid se caracteriza por su trabajo incansable, su lucha contra las adversidades, su afán por intentar mejorar día a día y su capacidad para el esfuerzo no es por casualidad. Son valores que se han extrapolado o importado desde Bodegas Pingón. Los valores del club son los mismos con los que se realizan los excelentes caldos de Carramimbre. Sin duda, uno de los mejores vinos del país, de esos que merece la pena degustar cada fin de semana. Igual que el juego del CBC Valladolid.

La simbiosis entre ambos proyectos ha sido y es perfecta. Y esperemos que continúe siendo así mucho tiempo. SI este 2017 ha sido para enmarcar. Esperemos que la colaboración en 2018 vuelva a dar sus frutos y que los resultados continúen siendo los mejores. Esperemos volver a comer perdices, acompañadas por un buen Carramimbre, como debe de ser.