20 de marzo de 1971. Una fecha grabada a fuego en los libros de historia del baloncesto español. La fecha de tu nacimiento. Hoy, 46 años después, es día para honrar tu memoria. Para dedicar unas líneas a uno de los más grandes de la historia de este deporte en nuestro país. Precisamente por esa razón nuestro presidente y compañero tuyo, Mike Hansen, quiso fundar este club en tu honor. Porque Valladolid no podía estar sin baloncesto. Porque la ciudad que te vio nacer no puede quedarse cada fin de semana sin ir al Polideportivo Pisuerga para recordarte. Hace dos años que comenzó esta andadura, el mismo tiempo que ha pasado desde que decidiste dejarnos. Pero nadie se olvida de tí, Lalo García.
En este club desde los más grandes hasta los más pequeños conocen tu historia. La de un jugador que no era el más grande, ni el más fuerte, ni el que mejor botaba ni el que más anotaba, pero que marcó una época gracias a su sacrificio y dedicación. Esas son las cualidades que llevaste por bandera y las que se les está inculcando a una cantera que lleva tu nombre. Porque te lo mereces. Porque demostraste que a pesar de todas las dificultades siempre se puede salir adelante.
Nadie olvida tu fichaje por el CB Valladolid siendo aún un niño. Tras comenzar a jugar al baloncesto en el colegio de La Salle llegarías al club de tu vida en categoría cadete. El que te dio todo y por el que diste todo. Rápidamente demostraste tu valía. Tus ganas y ambición por jugar al baloncesto te llevaron a debutar con tan sólo 17 años en la ACB. Tu calidad hizo que pudieras compartir equipo con jugadores de la talla de Arvidas Sabonis, Valdemaras Homicius, Andréi Fetísov, Oscar Schmidt, Juan Antonio Corbalán o Valeri Tijonenko.
Igualmente precoz que tu debut fue tu retirada. Con tan sólo 30 años. Las lesiones impidieron que pudieras despedirte del deporte de tu vida como te merecías. Aun así, durante tus trece años en la élite pudiste demostrar tu calidad. Lograste dar a Valladolid los mejores años baloncestísticos que se han visto en la ciudad. Por la calle todo el mundo recuerda al mítico Lalo García.
Pero, a parte de tus éxitos deportivos, dejaste un legado mucho mayor. El de tus valores. Siempre deportivo, siempre correcto, siempre amable tanto con los compañeros como con los rivales. Fuiste el ejemplo perfecto de lo que significa ser un deportista. Por eso se retiró tu dorsal. Por eso nadie volvió a lucir el 5 después de que abandonaras el baloncesto en el 2001. Y por eso el CBC te quiere dedicar estas líneas. Para que sepas que nadie te olvida, que sigues muy presente en la memoria de todos los vallisoletanos y que siempre serás nuestro Eterno Capitán.